ESTO NO SE HA ACABADO

Los jóvenes de Copenhague (muchos más de los que algunos se pensaban) no han parado de moverse en las últimas semanas reclamando su derecho legítimo a que el Ayuntamiento les dé una casa en lugar de la que les robaron. Ayer, okuparon la escuela de Stevnsgade (medio abandonada), la que el gobierno municipal estaba dispuesto a venderles, posibilidad que ellos rechazaron (pese a contar con dinero suficiente aportado por un fondo privado) por una razón simple: es el Ayuntamiento el que se la debe dar y son ellos los que la deben administrar, nada de funcionarios tocapelotas.

Unas 150-200 personas entraron en el edificio y lo okuparon. Un par de horas después, cuando sólo quedaban unos 40, mientras el resto protestaba fuera, la policía empezó a detenerlos. Pese a que no hubo incidentes, la policía no tuvo miramientos a la hora de sacar a la gente con malas maneras, a pesar de que muchos no tenían más de 15-16 años...

Sacados en autobús militar los jóvenes por la parte trasera del edificio, la historia acabó con una escena hilarante. Los antidisturbios se encerraron en el interior de la escuela para prevenir nuevas posibles ocupaciones ante las burlas y los insultos de decenas de jóvenes desde el exterior. El cazador cazado...

La de anoche fue una de la media docena de okupaciones breves que se han producido en las últimas semanas, tras el desalojo de Ungdomshuset. Y de las que se producirán, porque los jóvenes no van a parar hasta que les den lo que es suyo.

Mientras, han comenzado los juicios contra los detenidos a principios de marzo. A un tipo le han caído 3 meses por tirarle una botella a la policía.

De las denuncias de Amnistía Internacional, de detenidos puestos en libertad y de los padres de varios jóvenes por brutalidad policial y por violación de garantías procesales no se sabe nada. La Justicia va lenta, cuando quiere...