Que en un país con tantos habitantes como Vigo haya 300 bandas profesionales suena a coña, pero no lo es; menos aún que algunas de ellas estén haciendo una música tan original, personal y arriesgada. Como Sigur Rós, como Björk (aunque a mí no me apasione). O como Múm, que anoche actuaron en el Vega de Copenhague. Fue un concierto desigual, quizás por que sus nuevas canciones no están a la altura de sus anteriores discos, pero aun así, ofrecieron momentos de indiscutible belleza, mezclando electrónica con rock, jazz , pop o cualquier cosa. Sitares-acordeones con guitarras, violoncellos con teclados, saxo con bases programadas..Antes que ellos, dos teloneros: un proyecto paralelo de Múm y Seabear, unos Belle and Sebastian a la islandesa, algo raros, no demasiado originales, pero con algún tema destacable y dos puntos a favor: su cantante, Sindri, que se la pasó puteando en inglés a los daneses (la antigua colonia), bueno, aparte de ofrecer un homenaje viviente al consumo de perico; y una versión de la enorme "Teenage Kicks", de los Undertones. Ya, no es como el original, pero da otro ángulo distinto. Y sólo elegir esa canción revela buen gusto...
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