torsdag den 12. juli 2007

Y LLEGÓ EL DELIRIO


Esos que veis ahí son los locos de Bajofondo ten el Palacio Real de Copenhague. Cuando estaban tocando "Perfume", el loco del productor, que estaba puesto hasta las cejas, salió de detrás de las bambalinas, bajó a las butacas y se empezó a llevar a peña al escenario para bailar. La cosa acabó con unas 50 personas sobre el escenario saltando entre los músicos. La peña se volvió loca, gente de 20, 30, 40, 50 o 60 moviendo el culo, olvidándose de dónde estaba y de todo. El loco de Santaolalla acabó haciendo jueguito con un balón de playa y tirándose a la gente, revoleando como si estuviera en la cancha, los músicos abrazándose a la peña, sobre todo a las minas, claro, que por algo son argentos y uruguayos. En fin, el delirio.
Por cierto, este blog permanecerá pechado por vacacións durante tres semanas. Galiza agarda por nós. Abure

søndag den 8. juli 2007


Último día. El bajón después de días de excesos es grande. Pero el día aún da para dos conciertos buenísimos. Wilco son aún mejores que en disco. Aparte de lo obvio de Dylan, The Band y todo el country, a mí algunos temas me tienen un punto Supertramp. Tocaron a dios y sin freno, idas de olla maravillosas incluidas. El cierre del concierto con "Spiders" fue apoteósico, con Twedy desbarrando a lo Tom Verlaine.
No menos grandiosos, aunque en otra onda muy distinta, fueron Muse. Da igual que vendan millones de discos y que les den pemios en la MTV, son un grupazo, como demostraron hoy. Nada de la actitud babosa tipo Artic Monkeys (sólo los vi 15 minutos: sosos). No sólo tocan bien, sino que también dejan que la cosa fluya en directo. Y tienen ese punto operístico genial.
Y con esto se acabó Roskilde por 2007. Y van cuatro años seguidos... En 2008, más.

Enormes. The Who fueron los reyes del día, al menos, de lo que yo vi. No por nada ya estaban tocando hace 40 años. Si a un repertorio sobresaliente le sumas un sonido brillante, una actitud encomiable (cero divismo: ay, The Strokes) y sobredosis de energía, te sale un concierto redondo. Y así fue. Sí, tiraron de lo obvio, pero es difícil superar aquellas canciones. Lo importante es que sonaron redondas y que los tipos se enrollaron y lo disfrutaron como sfueran una bisoña banda de veinteañeros.

Se me fueron The Flaming Lips (pena). Nortec Collective, unos tijuaneños que fusionan músicas locales con tecno, me dejaron con ganas de más, pero a los Who no me los podía perder. Fanfare Ciocarlia, en su línea: una puta fiesta a la que no te puedes resistir. Y para cerrar, los Chili Peppers. He visto que les han dado hostias en la prensa danesa: por ir de mal rollo, por tiarse más al jazz que al rock, por tocar sin ganas. Cierto que no fueron muy amistosos y que Flea estaba pasadísimo, pero hicieron unas versiones jazzy de algunos temas espectaculares. Por momentos, parecían (Salvando distancias) los Stooges de "Fun House". Hay quien prefiere que le toquen el disco, sin más, claro.

Hoy se acaba Roskilde. Tengo los pies reventados:; la cabeza, como un bombo; la garganta y el narigo... Me quedan Wilco y Muse. A los Artic Monkeys habrá que verlos también, aunque sea para ver que suenan más viejos que los Who...

lørdag den 7. juli 2007

Paró la lluvia y hasta el barrizal se hizo algo más soportable. Me perdí mil cosas que quería ver (The Answer, Peter, Björn & John; Cansei de ser sexy, Camera Obscura), pero así pasa siempre en un festival como éste, con 180 conciertos en 4 días. Entre tanto nombre, lo mejor fue Roky Erickson. Nunca he sido un gran fan de los Elevators, pero el tipo ayer sonó de puta madre: una explosión de blues-rock como hacía tiempo no oía. Y dado el historial mental del fulano, más mérito todavía. El resto, todo decepciones: Queens of the Stone Ages (aburridos y monótonos: se echaron en falta más temas de los primeros discos), Trentemoeller (tenía la cabeza demasiado volada para apreciar todos los matices de su música) y, sobre todo, los Brian Jonestown. En disco suenan bien, pero tocaron sin ganas y se la pasaron puteando al público y parando todo el rato. Así no se puede. Además, al fulano con gorrito que se limitaba a tocar la pandereta daban ganas de meterle un tiro en la nuca...

Hoy esperan los grandiosos The Who...

fredag den 6. juli 2007

EL INFIERNO ERA ESTO (I)



"¡El horror! ¡Ah, el horror!", decía el capitán Kurtz en "El corazón de las tinieblas". África / Vietnam estaban ayer en Roskilde. Diluvio de 24 horas, tiendas destrozadas, barro hasta las pantorrillas... Sólo en un día (el primero de cuatro) llovió más que en cualquier otro festival de los 37 que se llevan hasta ahora. Hubo que dar un paso atrás e irse a dormir a Copenhague, pero sólo para tomar impulso. Hoy vuelvo...

Abrieron Arcade Fire, la maravillosa banda de Montreal: un concierto notable, pese a que el sonido del grupo pierde en escenarios tan grandes. Aun así, hubo momentos emocionantes ("Neighborhood 3", lo mejor). Pero por qué hostias no tocaron "In the backseat" ni "Cown of Love"? En la Orange (la escena más grande, al aire libre) tocaban luego The Killers: tienen un par de temas buenos, pero no merecen una pulmonía. Igual la merecía Björk, pero tampoco me muero por la chica, así que 15 minutos (muy buenos, eso sí) y abure, neno.

Hoy, más lluvia. Si todo va bien: The Answer, In Flames, Roky Erickson (vivan los tripis!), Trentemoeller, Queens of the Stone Age, Peter, Björn & John y The Brian Jonestown Massacre...

onsdag den 4. juli 2007

EL HEAVY NO ES VIOLENCIA...


El amigo de la foto se llama Roger Tullgren, sueco, 43 añitos, loco por el heavy desde la adolescencia, a su hijo lo bautizó Ozzy, dice haber visto un mínimo de 250 conciertos por año desde que tenía 20... La imposibilidad de compatibilizar trabajo y conciertos y su indumentaria le han hecho perde muchos curros a lo largo de su vida.

Ahora, las autoridades suecas han determinado, después de que fuera examinado por un psicológo, que su afición extrema por la música puede ser considerada una minusvalía. En concreto, se le ha diagnosticado "alteración funcional de tipo social" o algo así. Eso quiere decir que tiene derecho a recibir una ayuda complementaria del Estado que puede llegar hasta el 80 por ciento del sueldo. Roger trabaja ahora en un restaurante en Häsleholm, al sur de Suecia, donde por fin se siente a gusto. "Tengo un jefe muy comprensivo. Me deja poner heavy metal en el trabajo y me da permiso para ir a todos los conciertos que quiera, siempe que recupere después el tiempo perdido", declara al diario "Metro". Larga vida al heavy metal. Y al Estado del bienestar sueco...